Doce rutas de senderismo por la Subbética

Rutas de senderismo

De la Tiñosa, el pico más alto de la provincia de Córdoba, al cañón del río Bailón. Del poljé de la Nava a las formaciones geológicas de Los Pelaos. Pueblos de indudable encanto como Zuheros, Almedinilla o Carcabuey, o ciudades monumentales como Priego de Córdoba, las Sierras Subbéticas de Córdoba reúnen indudables valores patrimoniales y naturales para una escapada cercana. En este especial ofrecemos 12 rutas de senderismo de diferentes complicaciones para conocer en profundidad la riqueza ambiental de la comarca, situada en el corazón de Andalucía, y que ahora en primavera ofrece algunas de sus mejores estampas.

Por las chorreras del río Bailón

Este sendero de 12,8 kilómetros lineal bien señalizado es el gran clásico del parque natural de las Sierras Subbéticas y representa uno de los principales atractivos del Geoparque: atraviesa el macizo calcáreo de la Sierra de Cabra, acompaña al río Bailón desde su nacimiento y recorre paisajes de enorme belleza que el agua ha modelado sobre las rocas calizas durante miles de años.

Apto para todas las edades, se requiere de un permiso de acceso que se expide sobre la marcha en el centro de recepción de visitantes de Santa Rita. El acceso se realiza por la carretera A-339 dirección Cabra-Priego de Córdoba; a la altura del kilómetro 19, junto a Los Pelaos, hay que desviarse por la carretera que sube al Picacho de la ermita de la Sierra. En el kilómetro 5, arranca el carril de acceso y hay un espacio de estacionamiento. La ruta atraviesa el poljé de la Nava y discurre junto al río Bailón. El poljé se trata de un amplio y espacioso llano, cercado de altas sierras en cuya llanura nace el río, donde es frecuente encontrar rebaños de ovejas y caballos.

El recorrido discurre parcialmente por la vereda de Merchaniega, con la presencia de fuentes y abrevaderos. Al llegar al arroyo de la Fuenseca, siguiendo aguas arriba, se accede a Las Chorreras, paraje de gran belleza donde, en época de lluvias, el agua se escurre entre las rocas y forma varias cascadas en su caída. Desde aquí se puede regresar al punto de inicio del sendero o continuar hasta Zuheros.

Ascenso a la Tiñosa, el techo de Córdoba

Con sus 1.570 metros de altura, la Tiñosa es el punto más alto de la provincia, en el término municipal de Priego de Córdoba. La ruta propuesta es circular y lleva a la cumbre desde su cara Oeste, cerca de las Lagunillas, en unas dos horas aproximadamente. Partiendo de la aldea, hay que localizar el camino que desemboca en el cortijo Alto de Torres. Una opción sería dejar el coche en el cruce y comenzar la ruta a pie desde este punto, aunque también es posible avanzar algo más y estacionar en el caserío. Desde aquí, existen dos rutas de subida distintas que convergen en un mismo punto, la cueva del Morrión: a partir de aquí el camino es común a ambas, por lo que es posible seleccionar una de subida y otra de bajada. Las dos comienzan siguiendo el camino que atraviesa el cortijo y se dirigen hacia el río; una vez cruzado, espera el caserío de Cañatienda, en ruinas, que es el punto en el que se elegirá una u otra caminata de subida a la cueva. Desde aquí es poca la pendiente que hay que salvar hasta llegar a la cima; consiste básicamente en rodear la cueva y pasar por el pico Morrión. La senda está indicada con hitos de piedra, por lo que resulta muy fácil llegar al final. Desde la cumbre se pueden observar gran parte de la Sierras Subbéticas e incluso la cercana Sierra Nevada cuando el cielo está despejado. La subida se puede realizar desde el Cortijo Alto de Torres en unas dos horas aproximadamente, tanto por un camino como por otro. Cerca de otras dos horas llevará el descenso.

Entre buitres desde Luque a Carcabuey

El recorrido de 17,5 kilómetros empieza en cualquiera de los sentidos, aunque se recomienda hacerlo de Luque a Carcabuey. El trayecto, que comienza junto a la piscina municipal, hará disfrutar de un imponente paisaje junto a los cortados en los que anida la mayor colonia de buitre leonado de la zona. En la vertiente de Luque se encuentra una variante del sendero, el PR 62.1, que lleva hasta la fuente del Espino, pasando por el cortijo de la Osa, que regresa al sendero principal. Es importante cerrar las vallas cinegéticas. Después de pasar el cortijo de la Nava, se encuentra un desvío señalizado a Zagrilla Alta, pero su trazado está solo balizado con hitos (acumulación de piedras de forma piramidal). Antes de remontar el puerto, franqueado por la sierra de la Lastra y la loma de Abuchite, se pasa por el pequeño poljé de la Nava de Luque. El recorrido acaba en las proximidades de Carcabuey. La travesía por las sierras de Carcabuey y Luque permite al caminante adentrarse en un paisaje modelado sobre la roca caliza, un entorno que ofrece una gran variedad de matices y algunos lugares de excepcional interés tanto botánico como faunístico, con particular atención a las paredes rocosas de las buitreras.

Rejuvenecer en el Salto del Caballo de Almedinilla

Este sendero lineal de 1,5 kilómetros óptimo para hacer con niños empieza junto al Museo Histórico de Almedinilla, a los pies de la Sierra de Albayate. Se trata de un recorrido muy concurrido que se completa en apenas 40 minutos y lleva hasta la espectacular cascada del Salto del Caballo, paseando en paralelo al río Caicena por una vereda de ganado que coincide con un antiguo camino de época romana. Arrancamos a los pies del tajo de Las Llanas, formación geológica muy interesante correspondiente a una plataforma de travertino en la que se aprecian pequeñas cavidades refugio de cernícalos primillas, grajos, búhos o palomas. El camino pasa por las ruinas de distintos molinos harineros del siglo XIX que movió la fuerza del río, de los que hubo hasta diez en todo el cauce del Caicena. El del Cura conserva una gran chimenea de ladrillo, y en la cercana fuente del Piojo es posible beber de un manantial que brota de una antigua mina de agua de origen romano-medieval –la leyenda dice que si se hace en la noche de San Juan, el 21 de junio, se rejuvenece-. Por el camino es posible contemplar la vegetación propia del bosque mediterráneo: encinas, quejigos, olivos, almendros y arbustos como la retama o la gayomba.

En el cañón del río Bailón

El acceso a esta caminata se realiza por la carretera que conduce a la Cueva de los Murciélagos, en Zuheros, justo en el punto de información Las Cruces del Parque Natural de las Sierras Subbética. A 200 metros antes del hito kilométrico 2, después de subir una cuesta que culmina en el mirador de la Atalaya, hay que tomar un camino a la derecha, por donde se inicia el itinerario. En este camino descendente encontraremos numerosos árboles: álamos, sauces, nogales, higueras y zarzas, donde cantan un sinfín de pájaros. Destaca, enfrente, el monte Zumacal, zona de lanchar muy meteorizado. Siguiendo el camino, se llega al río Bailón, desde donde se observan numerosas cavidades prehistóricas en los cerros que lo rodean. Entre ellas destaca por su dimensión la cueva del Fraile, que debe su nombre al trozo de roca que hay en su umbral, que parece un gigantesco monje. En su interior se han encontrado algunas pinturas neolíticas. A partir de aquí el camino se va haciendo más abrupto, hasta la honda entalladura del cañón del Charco Hondo, justo antes de llegar a Zuheros, donde termina el sendero. Durante el recorrido se puede contemplar el vuelo de aves que nidifican en los tajos, como el búho real, el cernícalo, el halcón peregrino y algunas especies de córvidos, representados por cuervos, grajillas y chovas piquirrojas.

Por pinares hasta la Torre del Canuto de Rute

El acceso a este itinerario lineal de cinco kilómetros se realiza por el camino vecinal CV 61 en dirección a Las Lagunillas, a un kilómetro del casco urbano de Rute. En el inicio del sendero se encuentra una de las reservas que la Asociación para Defensa del Borrico (Adebo) ha dedicado para recuperar, entre otras, la raza andaluza, la más antigua de Europa. Desde el sendero es posible desviarse a la derecha hacia arriba hasta llegar a uno de los puntos más altos de esta sierra, el cerro del Canuto, donde aguarda una torre de vigilancia construida en época musulmana a 1.041 metros de altitud y la Sierra Alta, con su cumbre en los 1.325 metros. Desde estos puntos se pueden contemplar excelentes vistas del embalse y del pueblo de Iznájar, la Sierra de Antequera e incluso Sierra Nevada en días despejados. Continuando el camino, se puede hacer un alto para descansar en el área recreativa Fuente Alta, o bien volver a desviarse a la derecha para continuar un camino que lleva a las ruinas de Rute El Viejo, original emplazamiento del municipio. La ruta se encuentra bien señaliza. El pinar de Rute, un bosque de repoblación de pino carrasco que cubre toda la falda de la Sierra ruteña, también guarda encinas, cornicabra y retama, y en las zonas más altas crecen densas matas espinosas y almohadilladas.

De Cabra a Los Pelaos, riqueza geológica

Estos 4,8 kilómetros lineales comienzan en Cabra, en la Vía Verde del Aceite, y continúan por el camino de San Marcos, que conduce a la popular venta de Los Pelaos. El sendero atraviesa terrenos margosos, sobre los que se extiende el olivar de sierra y de vegetación natural donde se entremezclan ejemplares de endrinos, majuelos, romero, higueras y nogales. En el paraje conocido como la fuente de los Frailes se puede hacer un alto en el camino para refrescarse y descansar. Aquí se halla una interesante cantera de origen romano utilizada para la extracción de piedra caliza, donde todavía se pueden ver algunas ruedas de molino in situ. En la última etapa del recorrido, hacia el norte, se divisa el Picacho de la Virgen de la Sierra, y en su falda se extiende el lapiaz de los Lanchares, un paisaje rocoso de aspecto lunar, con acanaladuras, crestas cortantes y agujeros. Este relieve se formó por la acción del agua de lluvia sobre la caliza en épocas pasadas en las que un denso bosque cubría estas rocas, que eran disueltas por las aguas ácidas. La ruta finaliza en las ventas de Los Pelaos. En las inmediaciones se pueden observar geositios de interés interpretados mediante paneles, como el klippe del Picacho, el paleokarst de Los Pelaos o el pliegue del mismo nombre.

Por la margen izquierda del pantano de Iznájar

Esta caminata de 15 kilómetros lineales arranca al final del puente Agroman sobre el embalse de Iznájar, con una subida de 2,5 kilómetros que ofrece unas fabulosas panorámicas sobre el pantano y el pueblo. Se sigue, ahora bajando, para bordear el barranco del arroyo de Gata con un trazado sinuoso en el que se alternan campos de cultivo con bosque mediterráneo. La ruta continúa, ahora en ascensión, dejando a la derecha el arroyo de Gata, con numerosas aves acuáticas (cormoranes, patos, garzas, gaviotas y con un poco de suerte el águila pescadora), hasta alcanzar un mirador natural sobre el embalse de Iznájar (kilómetro 7 del recorrido, aproximadamente). Se continúa en bajada hasta el próximo barranco al pie de la sierra de Cuevas de San Marcos; en este punto podremos observar aves rapaces como el buitre leonado, el halcón peregrino y el cernícalo vulgar. El sendero se acerca al embalse con la Sierra de Rute justo al frente, y desde aquí el camino se suaviza y discurre paralelo al margen del pantano hasta llegar al muro de la presa.

Hasta la Torre de la Plata en Doña Mencía

Accedemos por la Vía Verde de la Subbética dirección Cabra y, a un kilómetro aproximadamente, se inicia a la izquierda un camino ascendente que llega a la conocida fuente de Las Pilas, realizada en grandes pilones de caliza con una fuente central en mampostería de gran dimensión. Continuamos por una vereda estrecha hasta llegar a la torre de la Plata, antigua torre vigía que data de mitad del siglo XIV, y desde donde se puede contemplar una impresionante vista de Doña Mencía. Declarado Bien de Interés Cultural, es un torreón de planta cuadrada situado en una posición estratégica en el camino que va a Cabra, bajo el cual se ha descubierto una interesantísima necrópolis tardoantigua del siglo VII después de Cristo. Desde aquí, se descienden unos 700 metros por un camino de fuerte desnivel hasta llegar nuevamente a la Vía Verde de la Subbética. Este sendero circular de 5,5 kilómetros discurre por las estribaciones del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Esta ruta se inicia en el punto kilométrico 76 de la Vía Verde de la Subbética, un antiguo trazado ferroviario de 58 kilómetros que discurre por las localidades de Luque, Zuheros, Doña Mencía, Cabra y Lucena, municipios que pertenecen a la Mancomunidad de la Subbética. Esta vía es una excelente ruta para realizarla a pie o en bicicleta de forma individual o en grupo.

Entre puentes y norias en Benamejí

El sendero comienza junto al bar La Piscina, anexo al camping Los Caños de Benamejí, y desciende suavemente a la sombra de un pinar y con una bella panorámica. Pronto nos encontraremos a la izquierda con una pequeña caída vertical, por lo que es necesario prestar especial atención; se trata de una covacha conocida como la cueva de la Peña Parda. Posteriormente un pasillo entre rocas, desde el cual se puede contemplar el puente renacentista (siglo XVI) y el sotobosque del río Genil, lleva hasta el paso del arroyo Gresante. Se pasa junto a las ruinas del cortijo y se avanza junto al río, donde anidan algunas especies de aves acuáticas. Desde aquí se llega al espectacular puente de la carretera de Málaga y a los restos de una antigua noria, desde donde comienza el ascenso hasta lo que antaño fue el castillo árabe de Gómez Arias; queda en frente el torreón medieval, conocido por el yacimiento del Hacho. El sendero discurre entre huertos y una antigua cantera. Después de algunos cruces, se vuelve a conectar con una carretera asfaltada y con el cortijo de la Molina, se gira a la izquierda hasta llegar de nuevo al camping de Los Caños.

La ruta de los barrancos en Fuente Tójar

Este pequeño municipio que, oficialmente, tiene 666 habitantes es un gran desconocido pero puede sorprender. El caserío blanco está coronado por la ermita del Calvario, que se alza como un excelente mirador al Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Desde la localidad arranca la ruta de los Barrancos, 12 kilómetros de trazado circular que parten de La Cubertilla, una capilla erigida en 1920 para albergar una cruz. Hay que bajar hasta el río Caicena y seguir su curso curso hasta Todosaires, un conjunto de cortijos abandonados que se alcanzan también por la CO-7203. El conjunto es un buen ejemplo de la arquitectura blanca andaluza, edificados con materiales pobres como mandan los cánones. A 1,5 kilómetros al este de Fuente Tójar está el Cerro de las Cabezas, rodeado de murallas y que data, al menos, del siglo VII antes de Cristo. Conoció su esplendor en la época ibérica y en él se daban constantes intercambios comerciales. Más allá de Fuente-Tójar espera Jaén.

La Vía Verde de la Subbética: 57 Kilómetros en bicicleta

La Vía Verde del Aceite discurre entre olivos y viñedos durante 57 kilómetros siguiendo el trazado del antiguo Tren del Aceite, lo que permite recorrer el corazón de Andalucía en itinerarios cicloturistas y senderistas. Los bellos paisajes del Parque Natural de las Sierras Subbéticas se mezclan adecuadamente con la arquitectura ferroviaria conservada, formada por cuatro viaductos, cinco estaciones, un túnel de 139 metros y 13 edificaciones en diferente estado de conservación. Además, existen un total de seis áreas de descanso. La Vía Verde, que puede hacerse en tramos a pie o en bicicleta, acerca a pintorescos pueblos como Cabra, Doña Mencía, Lucena, Luque o Zuheros, que bien merecen un alto en el camino.


Fuente: https://www.eldiadecordoba.es/provincia/rutas-senderismo-sierras-subbeticas-cordoba_3_1565573431.html